Teniendo en cuenta mi nivel, y me atrevería a decir, aún sin datos estadísticos, el nivel general ha sido un viaje tranquilo.
Tiempo estupendo, campo, playa, sol, muchos paseos, naturaleza, gastronomía (ahí me duele por lo kilos que me he traído de vuelta), ...
Sólo, de vez en cuando, me he ido encontrando con carteles sorprendentes:
Este es del todo paranormal, se encuentra en mitad del parque natural de Oyambre donde sólo hay marismas y dunas. Habrá que ir en Halloween.
El sector de hostelería no tiene desperdicio ni en cuanto al tamaño de las raciones
ni por el servicio
ni en la ortografía
Creo que urge que algún establecimiento ofrezca "Cocretas de bogabante".
El premio especial se lo llevan los productos típicos de venta en Bárcena Real, el pueblo más antiguo de Cantabria. No los comento porque hablan por si solos:
Estuvimos en un hotel tranquilo
En un pueblo tranquilo, Novales, aunque no carecía de una cierta fauna nocturna
Con esta última foto descubrí porque las ovejas, que de por sí no parecen muy inteligentes, tienen momentos en que parecen idas durante el día, ¡también pastan por la noche!
Hubo fiestas en el pueblo, en el Parque los Pelambres, que pese al nombre era bonito y tenía hasta un canal que lo recorría. Nos acercamos a la primera parte del baile; parecía una vuelta a los 60 por la música y te hacía sentir joven ante al peluquín y la calva de los dos líderes del grupo que cantaba. Luego actuaba un DJ invitado que se llamaba DJ Amigo y otro residente, DJ Animal. Éste último nos tentaba, pero estar al nivel del mar da sueño y la espera con canciones de Formula V y El Dúo Dinámico era demasiada dura, así que no tengo testimonio sobre los hechos.
Cuando el grupo cantó Al partir un beso y una flor de Nino Bravo, oía una voz que cantaba a mi espalda. Me di la vuelta y un hombretón cántabro de más de 60 se desgañitaba, mientras le corrían grandes lágrimas por la cara. Las apariencias engañan y hay muchos corazones tiernos con sabe Dios qué recuerdos.
P.D. Ante tanta tranquilidad mi hijo no aguantó más y se marchó unos días a Gijón con un amigo. Allí, él que no había tomado sidra en su vida, participó en El Record Guiness de escanciado simultáneo de sidra en la playa de Poniente, donde parece ser que regó a la señora de al lado. También conoció lo que es una verdadera madre del Norte que le vio muy flaco y le infló de comer. Un ejemplo: con lo que ella consideraba unos pinchitos para el viaje de vuelta, comimos en la playa los tres al día siguiente. Y es que en cuestión de raciones, el Record Guiness es cláramente asturiano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario